Del mismo modo que con la alopecia masculina, existen diferentes tipos de alopecia femenina con características distintas.
Alopecia androgénica femenina
Es el tipo de alopecia más frecuente en hombres, sin embargo hay un porcentaje considerable de mujeres que la padecen. Esto se debe sobre todo a cambios hormonales, durante la menopausia y después de ella. La alopecia androgénica femenina se caracteriza por la pérdida de densidad general que se acentúa en lugares como la zona de la frente o en la línea central de la cabeza. En estos casos la frente se ensancha y la raya se va haciendo más grande, mostrando cada vez más el cuero cabelludo.
Los cabellos se debilitan y comienzan a adelgazarse hasta que el folículo se atrofia y muere.
Aunque puede ser multifactorial, la causa principal es un cambio hormonal. La menopausia causa una disminución la producción de estrógenos, haciendo que haya más presencia de hormonas sexuales masculinas, (andrógenos) que pueden causar el adelgazamiento del cabello hasta la pérdida total.
Los efectos son permanentes, pero en este tipo de alopecia, es muy infrecuente que progrese hasta la caída total del cabello. Se puede tratar si el cabello no ha muerto completamente.
Existen diferentes tratamientos posibles que comentaremos más abajo, que consiguen engrosar el pelo, mejorar la calidad del mismo y evitar que la alopecia siga avanzando hasta la caída total del pelo.
Alopecia areata
La alopecia areata femenina tiene las mismas características que en los hombres. Afecta entre un 1-2% de la población y en ambos casos se produce rápidamente la caída del cabello de zonas circulares, que puede extenderse a toda la cabeza.
La causa es de origen autoinmune, es decir, que el propio sistema inmunitario de la persona produce anticuerpos que atacan al folículo, dañándolo y provocando la caída del cabello. No existe una cura, pero si hay tratamientos médicos para intentar tratar este tipo de alopecia, aunque no siempre dan resultados positivos. Estos tratamientos buscan utilizar medicamentos para evitar que el sistema inmunitario dañe los folículos: corticoides, inmunodepresores, etc.
Efluvio telógeno
Este tipo de caída del cabello en mujeres es lo que se conoce como “caída debido al estrés”. Aparece durante un proceso que ha supuesto niveles de estrés muy elevados, tanto físico como emocional, que han debilitado el cabello y provocado su caída o bien por un cambio hormonal intenso, desnutrición o dietas muy restrictivas.
Se caracteriza por una caída muy rápida e intensa de pelo durante o justo después de este período que la persona ha sufrido el estrés. Aunque la caída es visible y puede asustar, este tipo de caída es reversible y suele tener un pronóstico bueno: en el efluvio telógeno el folículo no suele sufrir daños permanentes y una vez superado este período estresante el pelo vuelve a crecer pasado un tiempo.
Alopecia frontal fibrosante
Es una forma de alopecia cicatricial que normalmente afecta a mujeres a partir de la menopausia. Afecta al cabello en la zona de la frente y las patillas, la “zona de la diadema”. La causa es todavía desconocida aunque se ha descubierto cierta relación con la acción del sistema inmunitario y el hormonal. El cuerpo ataca al folículo creando una inflamación que si no se trata acaba dañando el folículo de forma irreversible. Existen tratamientos con medicamentos para estabilizar este tipo de alopecia, pero no se conoce ninguna cura total.
Estos cuatro tipos de alopecia son los más frecuentes en mujeres, pero existen otros menos comunes, conocidas como alopecias marginales: alopecia traccional debido a peinados con una tensión excesiva, alopecia decalvante por la presencia de una infección bacteriana, alopecia por cicatriz, alopecia de liquen plano…
Para cada tipo de alopecia existe un tratamiento específico, dependiendo del pronóstico de cada paciente. Por ello, es importante que ante cualquier pérdida de cabello se acuda a un especialista.