La lavanda se ha utilizado desde tiempos remotos para la cosmética y en el ámbito medicinal, por sus propiedades relajantes, pero no es la única propiedad que tiene esta planta aromática.
La lavanda tiene infinidad de usos: analgésico, regenerador celular, sedante, ayuda a atenuar los síntomas de las gripes y resfriados, antiséptico, antiinflamatorio. En cuanto al ámbito de la cosmética es astringente, antioxidante y antimicrobiana.
- Relajante. Entre las numerosas propiedades que posee la lavanda, destaca su efecto relajante. Gracias este poder relajante, calma y favorece el descanso, combatiendo el insomnio y facilitando el sueño, además de controlar el estrés y la ansiedad gracias a su aroma agradable.
- Astringente y antiséptico. Tiene poder astringente y antisépticos, se usan en cremas y productos que ayudan a tratar diferentes afecciones del cuero cabelludo y la piel, como heridas, eccemas, acné o incluso para prevenir y evitar la caída del cabello. Además, ayuda a regenerar los tejidos con mayor rapidez y es un potente cicatrizante.
- Antibacteriano y antivírico. Su capacidad antibacteriana y antivírica la hacen perfecta para casos de laringitis o inflamación de anginas. Es perfecta para usar en resfriados por su poder descongestionante.
- Antiinflamatorio. La lavanda tiene efectos antiinflamatorios, tiene la capacidad de tratar lesiones comunes ayudando a relajarse y calmar el dolor. Se utiliza para calmar los dolores musculares, de lumbares, jaquecas y los dolores de cabeza.
- Facilita la digestión. Es perfecta para facilitar digestiones, tiene como beneficios la capacidad de reducir los dolores desde los más agudos hasta los crónicos.