Con el paso del tiempo, la piel pierde elasticidad, se vuelve flácida y aparecen las arrugas. El rostro es una de las zonas en la que las arrugas se hacen más visibles, ya que cuando gesticulamos la piel se estira y va perdiendo su firmeza natural.
Las arrugas marcadas pueden suponer un problema para muchas personas, ya que suelen dar un aspecto cansado, envejecido o enfadado.
En Clínica Tarrazo sabemos lo importante que es para nuestros pacientes cuidar su rostro y por ello buscamos las técnicas más avanzadas para minimizar estas arrugas y disimular las líneas de expresión más marcadas.
Anteriormente, para definir el rostro muchas personas se sometían a intervenciones en quirófano. Ahora el avance de las técnicas de medicina estética y regenerativa, ha hecho posible que se logren grandes resultados con la mínima invasión.
La toxina botulínica o bótox, es una neurotoxina que se utiliza en tratamientos de medicina estética regenerativa, debido a su gran poder relajante.
El término bótox, en realidad es el del primer medicamento que se comercializó con este nombre.
Su función principal consiste en relajar la actividad del músculo sobre el que se aplica y por ello se utiliza para eliminar o disminuir las arrugas y líneas de expresión. Al inyectarla en la parte deseada, esta disminuye la potencia de contracción de los músculos.
Esto produce que la comunicación con los nervios sea muy leve y por lo tanto el músculo no puede contraerse y no puede tener expresión.
De este modo la piel no pierde tanta elasticidad por el movimiento y la arruga diminuye.