La manteca de karité es un ingrediente con gran variedad de propiedades beneficiosas aplicado como cosmético natural.
Es un potente ingrediente antienvejecimiento y altamente nutritivo:
Su alta composición en vitaminas, como A, E o D, lo convierte en un agente perfecto para retrasar el envejecimiento prematuro de la piel.
Aplicado como hidratante corporal, proporciona a la piel una regeneración celular completa, ya que penetra en las capas internas y la nutre desde dentro.
Es el hidratante ideal:
Su textura untuosa y sus grandes propiedades lo convierten en el hidratante perfecto, ya que aplicado sobre la piel la suaviza por completo y le devuelve la elasticidad debido a su alta composición en activos humectantes y emolientes, que protegen la piel y retienen la humedad evitando la deshidratación.
Protege de la radiación solar:
Es un protector solar de origen natural, aunque no recomendamos sustituirlo por tu protector solar de confianza porque no es tan potente.
Aplicado sobre la piel, tanto antes como después de la exposición al sol protege de los radicales libres, rayos UVA y UBV. También se comporta como un activo calmante, cuando nos hemos pasado con la exposición solar y nuestra piel se ha quemado, hidratando la zona en profundidad y favoreciendo la regeneración celular.
Posee gran poder cicatrizante:
Su alta nutrición hace de la manteca de karité un cicatrizante ideal. Su aplicación sobre eccemas, heridas, o pieles con tendencia a descamarse, aporta la hidratación y nutrición necesaria para que la piel cicatrice antes y no queden marcas. También suele utilizarse para reducir arrugas y prevenir estrías estrías. Una piel hidratada favorece la elasticidad y eso se traduce en una cicatriz menos visible.
Es un gran antiinflamatorio:
Su alta composición en triterpenos, favorece el cuidado de las pieles con algún tipo de afección presente. Su aplicación calma las rojeces, sensación de tirantez, inflamación o irritación. Por ello es un ingrediente ideal para tratar eccemas corporales, rosácea en la piel o incluso aliviar dolores articulares.
También se utiliza para aliviar el picor de las picaduras de insectos y el dolor de los moratones, ya que retrasa el proceso oxidativo de la piel y esto se traduce en una regeneración profunda.
Es un agente despigmentante:
Su uso en cremas antiedad es recurrente, ya que la manteca de karité sin refinar actúa como un despigmentante y por lo tanto en su aplicación sobre pieles maduras ayuda a reducir las manchas e imperfecciones que aparecen por el paso del tiempo y por la exposición prolongada al sol.