La toxina butolínica no solo está indicada para tratamiento de medicina estética. Las inyecciones de bótox también se utilizan para tratar enfermedades que afectan al funcionamiento del cuerpo.
Estas aplicaciones bloquean determinadas señales químicas de los nervios.
El bótox se usa para aplacar los dolores de la distonía cervical. Los músculos del cuello se contraen de manera involuntaria haciendo que la cabeza se gire en posición incómoda.
Otras de las aplicaciones que tiene el bótox es en la ambliopía u ojo vago, donde el desequilibrio en los músculos son los responsables de mantener el ojo en su posición.
Contracturas musculares en trastornos neurológicos como la parálisis cerebral, hace que las extremidades se revuelvan, en este caso los músculos contraídos pueden relajarse gracias a las inyecciones de bótox.
Las inyecciones de bótox ayudan a reducir los dolores de cabeza originarios de una migraña crónica.
Se puede reducir la incontinencia urinaria provocada por una vejiga hiperactiva gracias a las inyecciones de bótox.
Las pulsaciones oculares es otra de las afecciones que se pueden aliviar gracias a las inyecciones de bótox, haciendo que las contracturas o pulsaciones de los músculos disminuyan.