El retinol hace que la piel esté en constante renovación celular, actúa como un exfoliante. Este ayuda a que las células de la piel se renueven y recambien de forma adecuada para una correcta función de la piel. Protegiéndonos de las agresiones externas, como los rayos UV, la polución…
Otra propiedad del retinol es el poder de estimular la producción de colágeno, ácido hialurónico y elastina en la piel. Estos elementos son los responsables de que la piel esté firme y elástica. Es uno de los activos más usados a partir de la treintena.
El retinol es capaz de tratar el acné y el exceso de grasas, una de sus propiedades es la regulación sebácea. Por un lado, mejora las marcas que provoca el acné, gracias a su poder renovador, y por otro, regula la secreción de grasas, mejorando la textura de la piel.
El retinol presenta un efecto despigmentante que es capaz de minimizar el aspecto de las manchas, tanto las que sale por el sol como las hiperpigmentaciones tipo melasma.
Como hemos mencionado, el retinol tiene un gran poder estimulador sobre la producción de colágeno y ácido hialurónico, lo que potencia su capacidad de hidratación. Por eso, es un activo ideal para todo tipo de pieles, desde pieles grasas a pieles secas.
- Mejora la textura y aporta mayor luminosidad en la piel
Al ser un potente renovador celular, se produce un recambio de las células de la piel, mejorando así la textura y aportando una mayor luminosidad a la piel, dejando un cutis liso y perfecto.